Como orientadora
que se inicia en la práctica de la intervención me planteo las siguientes
cuestiones básicas:
¿Para qué intervenir
psicopedagógicamente?
Para contribuir
a que el contexto logre los objetivos educativos socialmente previstos o de
desarrollo de las capacidades de los alumnos, ayudando a que se den las
condiciones necesarias para alcanzarlos o de potenciación de la intencionalidad
educativa.
Gracias a la
intervención psicopedagógica, la institución educativa podrá diseñar proyectos
educativos progresivamente más coherentes, ajustados y viables e incrementar
paulatinamente el grado de autonomía de los profesores en la concreción y
desarrollo de los mismos adaptados a las necesidades de sus alumnos y, en
definitiva, en el logro y el control del ejercicio de la intencionalidad
educativa.
Por tanto la
intervención psicopedagógica tiene un carácter contextual, eminentemente
preventivo y prioritariamente optimizador de la práctica educativa.
¿Dónde intervenir
psicopedagógicamente?
El carácter
contextual de la intervención psicopedagógica requiere que ésta se desarrolle
tomando en cuenta la estructura, el funcionamiento y la organización del
sistema educativo general, del centro y del aula.
En el caso del
contexto educativo escolar, por ejemplo, aunque en un momento determinado la
intervención se sitúe en uno u otro de los niveles de concreción de la práctica
educativa (el centro, el aula), no deben dejar de considerarse todos los demás
niveles y sus relaciones mutuas.
En nuestro caso
hemos ido pasando pruebas para determinar niveles de concreción curricular de
cara a las próximas pruebas de diagnóstico, sin embargo, estamos considerando
las necesidades generales de nuestro centro. Hemos detectado, tras una
observación continuada en las tutorías, carencias y escasa habilidad en la
comprensión lectora de nuestro alumnado. Además este problema ya lo teníamos
detectado pues las pruebas diagnósticas del pasado curso concluyeron que
nuestro alumnado necesita mejorar tanto en este aspecto como en la expresión
escrita.
Ante esta
situación la orientadora y yo hemos decidido proponer al claustro la formación de una comisión de competencias
lingüísticas que realice una evaluación de la situación real y planifique
un programa de trabajo que pueda mejorar estos aspectos.
Considero que es
más importante (más que decidir dónde se ubica el psicopedagogo para
intervenir) su capacidad para dotar a la intervención de un carácter global y
sistémico. Ello necesariamente conlleva que, en cualquier caso, éste tenga en
cuenta los elementos relevantes del sistema y sus conexiones a diferentes
niveles, de modo que la intervención tienda a lograr, siempre que sea posible,
el equilibrio o la mejora global.
Dada la
naturaleza sistémica de la mediación y para potenciar que los efectos positivos
de la intervención sean aprovechados al máximo, es necesario dotar a la
intervención de un carácter colaborativo entre los agentes educativos
implicados en diferentes niveles de la práctica educativa de modo que consigan
compartir el objetivo.
¿Cuándo intervenir
psicopedagógicamente?
No se ha de
intervenir necesariamente como respuesta a una demanda y con carácter puntual,
sino que, guiándose por criterios preventivos y/o contextuales o sistémicos, su
intervención ha de tener un carácter continuado y desarrollar cuando lo
considere oportuno iniciativas de intervención.
Todos los
objetivos, las tareas y las actividades de intervención habrán de negociarse y
consensuarse con los agentes educativos implicados en cada caso, logrando
compartir significados en cuanto a las finalidades y los objetivos de
intervención y además conseguir la implicación responsable de dichos agentes en
las actuaciones que hay que emprender en su evaluación.